- Las UCI cada vez disponen de más capacidad de conectar todos los dispositivos a sistemas de información, de almacenar estos datos y realizar análisis que permitan tomar decisiones más ágiles y correctas.
- El big data es otra fuente de conocimiento que permite analizar aspectos de diagnóstico y tratamiento del paciente crítico que con observaciones diarias es imposible saber.
- Se evoluciona hacia una automatización del soporte del paciente crítico que trabajará en favor de la calidad asistencial.
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Palma, 9 de junio de 2019. Las unidades de cuidados intensivos son el espacio de los hospitales que acogen al paciente en un estado de salud crítico, en un momento en el que se debate entre la vida y la muerte, en la mayoría de los casos. Afortunadamente, cada vez son más los pacientes que sobreviven a su estancia en las UCI y un porcentaje significativo se convertirán en pacientes crónicos.
Desde la creación de la primera unidad en España, en el año 1966, la medicina intensiva ha trabajado de manera continua en la mejora de la calidad asistencial, y en la implementación de protocolos y maquinaria que ayudase a que la estancia del paciente crítico fuese lo más óptima posible. En la actualidad, podemos hablar de las unidades de cuidados intensivos como lugares en las que la eficiencia médica confluye con la innovación y la inteligencia artificial.
“El intensivista puede hacer mejores diagnósticos mediante la información de diferentes proveedores: sistemas de monitorización, laboratorio, etc. Ahora estos datos pueden integrase y presentase en forma de información útil para la toma de decisiones”, comenta el vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), el Dr. Ricard Ferrer Roca.
Las UCI cada vez disponen de más capacidad de conectar todos los dispositivos a sistemas de información, de almacenar estos datos y realizar análisis que permitan tomar decisiones más ágiles y correctas. El big data es otra fuente de conocimiento que permite analizar aspectos de diagnóstico y tratamiento del paciente crítico que con observaciones diarias es imposible saber.
La inteligencia artificial, que ahora mismo se encuentra en una fase inicial, llegará a las UCI como a muchos otros ámbitos y permitirá que los intensivistas puedan trabajar ofreciendo soluciones de mejor calidad y permitirá una atención al paciente crítico mucho más eficiente.
De este modo, los datos que se recogen en las UCI alimentarán estos sistemas que tienen capacidad de aprender solos, por lo que se pueden convertir en una herramienta de trabajo muy potente.
Otro de los temas que ya se están trabajando en estas UCI de última tecnología es el buen uso de las alarmas. “Las UCI del futuro deberían ser capaces de limitar el número de alarmas mediante el filtrado de aquellas que son innecesarias y llevarlas al punto donde el profesional se encuentra, idealmente alejado del paciente para no generarle molestia. También esto evitaría la fatiga de alarmas en el profesional”, apunta al respecto el vicepresidente de la SEMICYUC.
Actualmente, en las unidades de cuidados intensivos se trabaja con una medicina de precisión, es decir, la capacidad de dar tratamientos muy precisos para pacientes y enfermedades muy concretas. Ya no sirve el mismo tratamiento y la misma dosis para todos, ahora mismo hay que ser cada vez más específicos en el tratamiento de cada patología y personalizarlo.
Además, se evoluciona hacia una automatización del soporte del paciente crítico que trabajará en favor de la calidad asistencial. A este respecto, el Dr. Ferrer Roca comenta que “aunque actualmente no está automatizada, es posible que en el futuro la dosis de algunos fármacos endovenosos se ajusten automáticamente a las necesidades del paciente. Ya existen respiradores que ajustan la terapia según las necesidades del paciente y es una evolución que veremos en otros equipamientos”.
Aunque cada vez existen más UCI dotadas de conectividad, sistemas de información y capacidad de generar información basadas sus datos hay cosas que no van a cambiar: “querría destacar lo que no va a cambiar en la UCI del futuro: los profesionales de la UCI van a estar al lado del paciente dándole la mejor atención médica y humana. Probablemente dispondrán de más tiempo para estas actividades, pero la tecnología al servicio de la medicina intensiva, no anulará la calidad del médico intensivista, simplemente ayudará a mejorarla”, concluye el vicepresidente de la SEMICYUC.
calidad asistencial. A este respecto, el Dr. Ferrer Roca comenta que “aunque actualmente no está automatizada, es posible que en el futuro la dosis de algunos fármacos endovenosos se ajusten automáticamente a las necesidades del paciente. Ya existen respiradores que ajustan la terapia según las necesidades del paciente y es una evolución que veremos en otros equipamientos”.
Durante el LIV Congreso Nacional de la SEMICYUC se abordará la UCI del futuro como un camino que ya se ha comenzado a andar, y se analizará todo el trabajo que queda por delante para ofrecer al paciente crítico una unidad de cuidados intensivos más eficiente.