* Artículo publicado en el Anuario 2023 de iSanidad.
Las diferentes alteraciones físicas y psíquicas que experimentan los pacientes tras su ingreso en los Servicios de Medicina Intensiva (SMI) son lo que llamamos Síndrome Post Cuidados Intensivos. Aparecen como consecuencia de la enfermedad crítica que motivó el ingreso y persisten una vez superada esta, lo que se refleja en dificultades que afectan a las capacidades físicas, mentales y cognitivas a medio y a largo plazo.
Para la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), paliar y controlar sus efectos es un reto que hemos asumido desde hace años, mucho antes de la pandemia, y que hemos convertido en preferente en nuestro plan estratégico. El manejo adecuado de la analgosedación y el delirium para prevenirlo, la movilización precoz, optimizar el tratamiento nutricional para prevenir la debilidad adquirida en las UCI y el estudio y control de la viabilidad, seguridad y eficacia de la estimulación neurocognitiva en nuestras unidades son solo algunas de las áreas de trabajo en las
que ya estamos avanzando.
Los intensivistas hemos podido constatar que los pacientes que desarrollaron síndrome Post Cuidados Intensivos antes, durante y después de la pandemia no presentaban diferencias respecto a las alteraciones observadas, aunque se presentó en un mayor número de pacientes debido al alto porcentaje de enfermedad respiratoria severa durante la pandemia. Lo mismo ocurre en otros países de nuestro entorno, en los que también se han podido realizar estudios con muestras significativas. Esto nos lleva a la conclusión de que hemos hecho muchas cosas bien, pero también reafirma la idea de que debemos seguir avanzando y trabajando en la prevención del Síndrome Post Cuidados Intensivos, prestando especial importancia no solo a las alteraciones físicas y funcionales, sino también psicológicas y cognitivas que afectan a un número importante de pacientes.
Para afianzar este nuevo abordaje, desde la SEMICYUC hemos puesto en marcha este pasado noviembre, conjuntamente con la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias y la Fundación Humanizando la Sanidad, el proyecto “La UCI te cuida”. Gracias a esta iniciativa, médicos intensivistas y enfermeras de nuestras unidades podremos avanzar, entre otros aspectos, en el bienestar del paciente, en personalizar los cuidados al final de la vida y en crear servicios de medicina intensiva con infraestructuras que tengan en la humanización un pilar de referencia, maximizando la comunicación y sin descuidar los cuidados que los sanitarios necesitamos para evitar el desgaste profesional. No olvidamos que la supervivencia es el objetivo esencial de cualquier tratamiento del abordaje del paciente críticamente enfermo, pero no es menos significativo el reintegrarle lo antes posible en su actividad habitual.
Así, es más importante que nunca el tener en cuenta el papel de la familia como pieza clave en la prevención del Síndrome Post Cuidados Intensivos. Ellos ayudan a la recuperación y en el acompañamiento, adelantándose en muchos casos, por su experiencia de vida con el paciente, a algunas situaciones que nos permiten una mejor atención. Pero, tras el alta, también pueden ser muy útiles para otros pacientes y otras familias que necesiten un apoyo extra durante su estancia en las UCI. De ahí que desde la SEMICYUC nos hemos propuesto crear una red de antiguos pacientes y familiares que, mediante planes de formación y de forma voluntaria, puedan ayudar de un modo eficaz a quienes ahora están en su antiguo lugar.
Sin embargo, esto no puede ser posible si no apostamos por un seguimiento del Síndrome Post Cuidados Intensivos eficaz y reglado. Así, los intensivistas españoles ya trabajamos en cómo debemos organizar una consulta Post-UCI, estableciendo líneas homogéneas que puedan ser replicadas en todos los hospitales de nuestro país, teniendo en cuenta sus dimensiones y su presión asistencial. Una planificación del sistema que marque con claridad las necesidades estructurales mínimas que deberían tener estas consultas y sus prioridades a la hora de ponerlas en marcha. Un reto ilusionante y esperanzador, en tanto que beneficiará a pacientes, a sus familiares y a todos los sanitarios de medicina intensiva, así como al resto de especialidades que trabajan conjuntamente con nosotros en paliar este síndrome.
Dra. Carola Giménez-Esparza Vich
Presidenta de la SEMICYUC